miércoles, 8 de enero de 2014

LOS CUENTOS DE HADAS TRADICIONALES EN LA EDUCACIÓN MORAL



Los contenidos éticos, sea como problemática, sea como enseñanza de valores, sea como promoción de virtudes, forman parte del curriculum del nivel inicial y primario. Con el fin de trabajar dichos contenidos han surgido propuestas donde se pretende aprovechar la capacidad reflexiva del niño para desarrollar programas de Filosofía, debates de ideas, elaboración de códigos de convivencia, etc.
No es ese el modo como se educó moralmente la humanidad por siglos. La educación ética, tanto de los niños como de los mismos adultos, rara vez consistía en un análisis científico de las cuestiones morales, sino más bien, en un aprender a distinguirlas, disfrutándolas a la vez, a través de diversas formas literarias. De un modo privilegiado, a través de los cuentos de hadas, pero también en otros relatos tradicionales, tales como mitos y leyendas. Asimismo, el teatro ha contribuido a dicha educación por su efecto catártico. Los cristianos, or su parte,  han contado con las parábolas del Divino Maestro: “Las parábolas de Cristo son pequeñas creaciones de belleza artística adaptadas humildemente al auditorio; de belleza secreta, contenida y modesta, que por su contenido  trascendental se elevan sobre todas las creaciones más complicadas del arte humano”, dice Castellani.
Esto no quiere decir que el niño, en tanto hombre, y por serlo, no sea capaz de reflexionar sobre aquellas cosas que le admiran, o que no haya que promover y guiar su potencial crítico y reflexivo. El punto es si esto se logra de manera artificial, es decir, produciendo “cuentos didácticos” y “actividades ad hoc”, que tienen siempre un fondo de irrealidad e inasibilidad mayor que el cuento de hadas más fantástico.
            Tradicionalmente, las historias con mayor “ética explícita” han sido...

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